Um… Yo diría que nada. Aunque eso tampoco es malo, ojo.
El profesor Langdon, una chica, un sicario, una organización
en la sombra y una mente maestra. ¿Os suenan estos elementos? Brown reutiliza
la formula que le catapultó al éxito, aunque eso tampoco quiere decir que
estemos ante un “clon” de su novela más famosa (o del resto, ya puestos).
Lo primero que se destaca en la novela es un recurso que no
había usado hasta el momento: la narración comienza a medias, con un Robert
Langdon desorientado, sin recuerdo de lo que ha ocurrido durante las últimas
horas. Los acontecimientos se precipitarán con rapidez, haciendo que el
profesor inicie (o continúe) una carrera para evitar una amenaza mayor a
cualquier otra que haya enfrentado. Junto a él, el lector irá descubriendo poco
a poco cómo llegó a involucrarse en estos eventos.
Como es habitual, el autor nos ilustra sobre diversos
eventos históricos y acerca de detalles sobre obras de arte en varias ciudades
europeas, sin dejar de meter al profesor en constantes huídas, enfrentamientos
y descubrimientos. Todo, por supuesto, con el telón de fondo de La Divina Comedia de Dante.
En definitiva, una novela de constante acción, con los giros
a los que Brown nos tiene acostumbrados, que no defraudará a los seguidores de
este escritor de Best sellers.
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