martes, 28 de octubre de 2014

Reseña - El Rey trasgo
La ciudadela y la montaña

La primera vez que vi a Alberto Morán Roa, el autor de esta saga, fue durante la presentación de Títeres de sangre, el segundo volumen de El Rey Trasgo. Evidentemente, no iba con intención de comprar ese libro (ya que no tenía el primero) y, lo admito, tampoco tenía mucha intención de comprar el primero. Aunque las novelas de fantasía fueron las que me empujaron a comenzar con la lectura, hace ya como tres décadas, lo cierto es que salvo raras excepciones, las últimas que había leído de ese género no me habían terminado de convencer.

Así que ahí me planté, en la librería Antonio Machado, sin ninguna intención de aumentar mi colección de libros por leer.

Resulta difícil conducir la presentación de una segunda parte, sobre todo de una saga, cuando parte del auditorio no ha leído la primera. ¿Sería capaz de lograr hablar de su libro sin destripar el primero?

No solo lo fue, sino que además la presentación estuvo amenizada con un amplio muestrario de ilustraciones de personajes. A esto hay que añadir que este autor tiene una forma de hablar que, me dije, necesitaba ver cómo se trasmitía al papel. Y, de esta forma, acabé con un ejemplar de La ciudadela y la montaña.
¿Qué encontramos entre sus páginas? Alternando capítulos, y con algunos saltos temporales (que no resultan complicados de seguir), Morán Roa nos habla por un lado de la Ciudadela, un baluarte volador poseído por tres naciones, con el suficiente poder destructivo como para acabar con el reino de Kara, que está conquistando y asolando la región. Una roca flotante que, eventualmente, generará una lucha de poder por su control.

En los capítulos de la Montaña, por otra parte, seguiremos los pasos de Tobías. El descubrimiento de un diario le llevará a ser consciente de la existencia de unos trasgos en los cercanos Picos Negros, mostrando también al lector la existencia de quien será probablemente el personaje más importante de toda la saga, el Rey Trasgo: la mano que ha puesto en marcha diversos acontecimientos decisivos para el futuro de toda la humanidad.

Con una prosa muy cuidada, una trama cuya intensidad va aumentando progresivamente mientras avanza la historia y unos protagonistas bien definidos (en especial Kaelan, en la Ciudadela), El Rey Trasgo – La ciudadela y la montaña es un libro que no defraudará a los lectores de novela fantástica. Por mi parte, yo estoy deseando ponerle las manos encima a Títeres de sangre para ver si el autor es capaz de mantener el interés que ha generado con el primer libro.

Os dejo AQUÍ el enlace a la versión digital del libro (también lo encontraréis en papel a través de Amazon, además de en vuestra librería habitual).

Por último, os pongo la sinopsis del libro, que es ciertamente intrigante.



Han pasado ocho años desde que el imperio de Kara desapareció, convertido en polvo añil por un poder que escapa a toda comprensión.

La Ciudadela, silenciosa guardiana de la paz gobernada por tres naciones, vigila los reinos del hombre navegando los cielos.

En un pueblo del frío norte, dos amigos descubrirán un libro vinculado a un enigma del ayer y a un hombre entre la vida y la muerte.

Nacido de la pluma de un poeta, les descubrirá los secretos que moran en las montañas a través de una historia en la que conservar la vida vale más que conservar la humanidad.

El mundo apura sus últimos latidos...

Y en la cima de los Picos Negros, contemplando el paso del tiempo entre delirantes pensamientos, el Rey Trasgo aguarda el momento de construir sus sueños a partir de sus cenizas.



miércoles, 20 de agosto de 2014

Relato - Por un calcetín

Sergio cerró la puerta tras de sí. El trabajo estaba hecho, y ya solo quedaba una tarea más por realizar: encontrar el maldito calcetín rojo. No iba a ser sencillo, teniendo en cuenta que ese color era el predominante en toda la casa.

Al menos, después de que él llegara.

Estiró la pierna izquierda para esquivar una de las múltiples manchas de sangre y consiguió por fin alcanzar la pared opuesta sin pringarse los zapatos. Ni rastro en la sala de ese calcetín, aunque le pareció ver una pila de ropa amontonada en el cuarto cercano. La habitación de la esposa. Con un par de largas zancadas se situó junto a la puerta y echó un somero vistazo al interior.

Su mirada se detuvo un par de segundos sobre el cuerpo inerte de la mujer, antes de continuar vagando por el lugar. A los pies de la cama se hallaba un pequeño cesto que había pasado desapercibido para él cuando entró por primera vez. Tampoco era extraño que no prestara atención; sus prioridades en aquel instante eran otras.

Los últimos pasos fueron más descuidados, lo que propició que sus —hasta ahora impolutos— zapatos recibieran dos o tres pequeñas salpicaduras de sangre. Ignorándolo, comenzó a buscar entre las prendas amontonadas hasta que, varios minutos después, logró sacar de allí su premio.

El calcetín rojo.

Era un calcetín pequeño, con una pequeña estrella blanca en un lateral. Un objeto que no veía desde hacía varios meses… Concretamente, desde que su hija desapareció. Verlo allí, amontonado junto a Dios sabe cuánta otra ropa perteneciente a innumerables víctimas más, era la prueba definitiva que necesitaba. Por suerte o por desgracia, no se había equivocado de casa.

Ahora, gracias a lo que acababa de hacer, esos degenerados no volverían a dañar a nadie más. Nunca.


(Lee más o participa: http://www.goodreads.com/topic/show/1374288-ejercicio-de-escritura-01-el-calcet-n-rojo?order=a&page=3#comment_104220949)

martes, 8 de julio de 2014

Reseña - El cuarto jinete: destrucción masiva


Víctor Blázquez y su Cuarto Jinete vuelven a la carga en esta última entrega de la trilogía de zombies que, admito, fue mi iniciación en el género Z.

Hay pocas cosas que se puedan contar de esta novela sin spoilear los dos anteriores libros… y tampoco es necesario contar demasiado, porque seguramente todos los que hayáis leído El Cuarto Jinete y ECJ: Armagedón seguro que no necesitáis un empujón muy fuerte para adquirir este libro y finalizar la historia que comenzó en Castle Hill.

Sin embargo, una reseña debe contar cosas, y esta no va a ser menos.


Tras los eventos de Armagedón, todos esperábamos con avidez saber qué ocurriría en “ese” lugar donde se encontraban nuestros protagonistas… y claro, como no podía ser de otra forma, Blázquez nos empieza a hablar de otro grupo distinto, justo cuando la plaga comenzó a extenderse. Vale. Muy bien.

VICTOR BLAZQUEZSin embargo, tras unas cuantas páginas, lo cierto es que no podemos (ni queremos) separarnos de ellos. Un grupo variopinto que paulatinamente irá reduciéndose, por supuesto.

Como en los otros libros, seguiremos entrando en la acción de manos del peculiar narrador que el escritor ya nos mostró desde el inicio. A lo largo de sus páginas descubriremos que los buenos pueden no ser tan buenos, ni los malos tan malos. Bueno, algún malo sí que es más malo aún, para qué negarlo.

Zombies rápidos, relaciones tensas entre los protagonistas, disparos, mamporros, chapuzones y venganzas varias nos acompañaran durante la lectura, lo que garantiza la ausencia de aburrimiento (y mira que el libro no es que sea pequeño, precisamente).

La necesaria separación física del segundo y del tercer libro, pues hubiera llegado a ser un libro más grande que el de Petete, no oculta que en realidad ambos forman un solo conjunto; mientras El Cuarto Jinete tenía un final claro (aunque fuese abierto), ECJ: Armagedón nos dejaba con la miel en los labios… Y, por fin, podemos saborearla.

Podéis leer mi reseña de El Cuarto Jinete AQUÍ.

Podéis leer mi reseña de El Cuarto Jinete: Armagedón AQUÍ.

Y, por qué no, si queréis saber mi opinión sobre cómo se maneja el escritor en otros géneros, AQUÍ tenéis mi reseña de Orilla intranquila.

lunes, 16 de junio de 2014

The summer is coming...

Pues sí, el verano se acerca; y con él, un probable aumento de los hábitos de lectura de muchas personas (durante los viajes, en la playa, etc.).

Esto me lleva a plantearme una cosa: ¿qué tipo de libros se lee más en estas fechas vacacionales? ¿Los grandes best-sellers de chorrocientas páginas? ¿O, por el contrario, pequeños libros que pueden transportarse con facilidad? ¿El invierno del mundo o El guardián entre el centeno? Claro que, con la incursión del formato electrónico, el tamaño ya no es lo importante... ¿o sí?

En definitiva, quisiera pediros que me dijeseis vuestro tipo de libro preferido durante las vacaciones, y si es lo que habitualmente leéis o no. Hoy estoy curioso. Mi duda es sobre todo en cuanto a extensión y género, aunque si hay algún libro o autor que queráis recomendar, también es de agradecer. Por supuesto, si exponéis vuestros gustos y queréis consejo, también os puedo recomendar yo algo de lectura (según de qué género, porque admito que no controlo de todos).

¡Saludos!

jueves, 22 de mayo de 2014

De las estanterías a la pantalla

Sí, el malo termina siendo
quien todos pensamos al inicio
Las novelas han sido una importante fuente de inspiración para cientos de películas. Algunas veces, es el éxito de un libro lo que propicia la existencia de la película. En otras ocasiones, el libro es relativamente desconocido, y es la película lo que hace que sea famoso.

Lo que sí es cierto es que la inmensa mayoría de los lectores de un libro se sienten decepcionados al ver la adaptación cinematográfica. ¿Por qué? Hay diversos motivos. Puede ser que la película omita partes que un lector en concreto considere claves. Otra posibilidad es que una escena narrada no tenga forma (tecnológica o económicamente hablando) de ser trasladada a la gran pantalla. Y, por supuesto, también hay ocasiones en las que el director o el productor, o quien leches sea, le da por aportar su “granito de arena”… y todo termina en catástrofe. Véase como ejemplo Deuda de sangre (no, mejor ni la veáis).

Depp encarna al perfecto
Lucas Corso
Resulta curioso que una de mis adaptaciones favoritas sea La novena puerta, basada en el libro de Pérez-Reverte El club Dumas. La película de Polanski toma los personajes y desarrolla una historia paralela a la de la novela, usando una de sus tramas. Arriesgado pero, para mi gusto, muy efectivo.

Porque, ¿una película debería ser lo más fiel posible al libro en que se basa? A mi entender, o se sigue el libro a rajatabla, o se toma solo como inspiración; lo de hacer una película que sea clavada al libro, para luego dar un giro sorpresa al final, no suele funcionar bien. A no ser que el libro sea muy malo, claro. En este caso, sin embargo, lo más seguro es que no llegue a hacerse película de él.

Woo tampoco quería a Affleck
como protagonista...
La novena puerta no es el único ejemplo de una película que toma el arranque de un libro para luego seguir un desarrollo distinto. Más claras aún son las adaptaciones de relatos, como Paycheck. El relato de Philip K. Dick cuenta con una cantidad muy (pero muy, muy) corta de páginas. La película no narra la misma historia, sino que parte del concepto para desarrollar una historia completamente diferente. Con mucha acción, que está dirigida por John Woo.

Así pues, ¿cuántas novelas o relatos se han llevado al cine? Probablemente miles, aunque no creo que nadie pueda saberlo con exactitud. Como ejemplo tenemos las obras de Stephen King que han sido adaptadas: alrededor de cincuenta, nada menos.



¿Qué películas habéis visto basadas en novelas? ¿Os han parecido mejores o peores que el libro?

lunes, 12 de mayo de 2014

Relato - La ruleta de la fortuna



Apoya el revólver contra su sien. Me mira, y creo que el gesto en su rostro refleja una burla hacia mí. El dedo en el gatillo, los ojos muy abiertos, una gota de sudor por la frente.

Hay un sonido metálico, pero no se escucha ninguna detonación.

Ahora sí; sin duda, sonríe. Deja el arma sobre la mesa, junto al dinero. Es mucho dinero. Suficiente para solucionar todos mis problemas económicos.

Escucho la respiración de los espectadores, que parecían llevar minutos sin soltar el aire, expectantes. En breve volverán a aguantar la respiración. Es mi turno.

Sin dudar, agarro el revólver y hago el mismo gesto que mi oponente. Le miro con superioridad, con burla. Coloco mi dedo en el gatillo. Abro mucho los ojos. Noto cómo una gota de sudor corre por mi frente.

Pienso en mis probabilidades: cuatro contra una. El dedo se está volviendo más y más rígido, y mi voluntad cada vez menos. Pero no debo flaquear. No puedo hacerlo.

Aprieto los dientes. No tengo más que apretar el gatillo. Solamente escuchar el seco sonido metálico una vez más. No va a pasar nada. Pronto todo ese dinero será mío.

Sonrío pensando en ello mientras realizo el ritual que me convertirá en un hombre rico.

E, increíblemente, pierdo.

lunes, 5 de mayo de 2014

Liter-Arte en Valencia

Durante once días (desde hoy hasta el 17 de mayo), podremos disfrutar de un evento que conjuga varias artes (y artistas) en Valencia, el Primer Certamen Liter-Arte.

Este evento multidisciplinar se realizará en El Mandinga (c/ Rascaña, 26, cerca de la parada de metro Túria), y contará con firmas de libros, representaciones teatrales, música, charlas, degustaciones de vinos y varias cosas más que, de estar en Valencia, no deberíais perderos.

A continuación, el programa:


El viernes 16 y el sábado 17 (último día), podréis encontrarme por allí hablando de temas como la autoedición y la distribución, la caracterización de personajes o la creación de una novela de crímenes. Por supuesto, será un placer dedicaros vuestros ejemplares de Los crímenes del ajedrez o La amenaza que llevéis (también podréis adquirirlos en la feria), así como de cualquier antología de relatos en la que participe, como Sugiéreme o El hombre eterno y otros once relatos. También es vuestra oportunidad para comentar cualquier cosa que os haya gustado o disgustado sobre ellos, invitarme a un café o darme un zapatazo ;)

¡Allí nos vemos!

sábado, 26 de abril de 2014

Relato - Inmortalidad

 
Sé quién soy. Mi nombre es Walter James Montgomery. Nací en Norfolk, Nebraska, el siete de abril de 1970. He llevado una vida bastante tranquila, intentando no molestar a nadie, mientras trataba de cumplir los objetivos que me iba proponiendo en la vida, que tampoco eran demasiado ambiciosos. Me casé hace casi veinte años con mi novia del instituto, Mary Ann, y tenemos dos preciosos hijos.
Yo… sabía quién era. Y, de repente, todo cambió.
No me llamo Walter, ni nací en 1970. Jamás he pisado Norfolk, ni me he casado, ni he tenido descendencia.
Una vez escuché (no, no lo hice, en realidad) una reflexión que me produjo cierta angustia: «¿y si el mundo no existe? ¿Y si todo es un sueño?».
El mundo, mi mundo, es un sueño. Lo más aterrador, sin embargo, es que no soy yo el que está soñando. Tan solo formo parte de un elaborado escenario surgido de la mente de alguien; de una persona que está a punto de despertar y, cuando abandone el mundo onírico, todo se esfumará para siempre.
Si lo piensas bien, es peor que la muerte. Nadie llorará por mis hijos ni por mi esposa; nadie recordará siquiera que existieron, que hemos existido, que teníamos sueños, esperanzas e ilusiones, que sentíamos el ansia de vivir, que sufríamos y que disfrutábamos.
Que éramos reales.
Aunque mi vista se nubla, soy consciente de cómo todo desaparece ante mí. Mi propia mente no es capaz de retener las imágenes de mi vida. Cada vez me cuesta más recordar dónde o cuándo nací, o si tengo familia. Siento un fuerte dolor en la cabeza, como un picoteo que aumente en intensidad y me hace acabar de rodillas sobre el frío suelo.
No sé quién soy. No sé quién era. La misma realidad parece rasgarse, partirse en dos, y alcanzo a vislumbrar otro mundo. Las trompetas del apocalipsis retumban en mis oídos, y sé (lo sé) que todo ha llegado a su fin.
Sé quién soy. Mi nombre es Laura Escudero. Nací en Madrid hace veintitrés años. Siempre he querido ser escritora —incluso sin tener del todo claro qué significa serlo— y, por fin, tengo una historia que quiero contar. Que necesito contar.
Apago el despertador y salto de la cama en busca de un cuaderno y un bolígrafo. He de darme prisa y escribir antes de que se desvanezca de mi mente. Contar la historia de Walter James Montgomery, de Norfolk, Nebraska.
Un efímero sueño está a punto de alcanzar la inmortalidad, negro sobre blanco.

lunes, 7 de abril de 2014

Opinión - Microteatro


Aunque ya había escuchado esto del microteatro, hasta hace unos pocos días no me decidí a asistir a una de estas cortas funciones. ¿Cuál fue mi impresión? En estas líneas intentaré explicar, lo mejor que pueda, qué me pareció.

Lo primero que me llamó la atención fue la increíblemente alta afluencia de gente, máxime teniendo en cuenta que la capacidad de cada una de las cuatro salas no era muy superior a las diez personas. Bien es cierto que se realizaban seis funciones consecutivas.

En fin, que pago los cuatro euros, y ya tengo mi entrada. ¿Ahora qué? Dada la alta afluencia de gente, y la necesidad de tener que esperar hasta que avisaran de la función en la zona de la entrada, lo primero que tocaba era pasar calor y un cierto agobio. Bueno, bien, solo son diez minutitos…

Por los altavoces se escucha la llamada para los espectadores de la sala 3. Nos ponemos en movimiento, descendiendo las escaleras y, tras pasar junto a dos salas más (lo admito: las cortinas que se encontraban en el exterior y lo angosto del recorrido me hicieron pensar en burdeles, o en fumaderos de opios en la Inglaterra Victoriana), llegamos a nuestro destino.

Más o menos, seis taburetes. Más o menos, doce personas. Sí, me tocó estar de pie, apoyado en la pared, y con poco espacio a mi alrededor. De momento, la cosa no iba muy bien, tengo que admitir.

Comienza la obra, Llamas. Una historia dramática con toques humorísticos que van diluyéndose conforme avanza, tomando cada vez más fuerza la parte dura y trágica. La excelente interpretación que Antonia Paso —hija del célebre dramaturgo Alfonso Paso— realiza como protagonista, consigue que en pocos minutos (pues la obra no dura ni un cuarto de hora) el público se introduzca dentro de su vida: una vida de sombras, con pequeñas luces que no consiguen alumbrar completamente los recovecos de su existencia.

Tras escuchar toda mi odisea os preguntaréis si mereció la pena o no. Para mí, sí. Aunque admito que no para ir todos los fines de semana.


Para que os hagáis una idea, podríamos decir que el microteatro es al teatro lo que el relato (o el microcuento) es a la novela. ¿Mejor? ¿Peor? Es cuestión de gustos, claro. Lo mejor es buscar, comparar y, si encontráis algo mejor… ¡a por ello!

sábado, 5 de abril de 2014

Relato - Un bar (así soy)

Luis se encontraba frente al bar, pensando en qué decir al entrar. Hacía ya tres años que iba allí a comer, día tras día; sin embargo, aquella sería la última vez.

–¿Luis? ¿Qué haces ahí fuera? ¡Entra, hombre!

El dueño del bar, Simón, observaba a su cliente desde la barra, mientras colocaba los vasos en uno de los mostradores. Luis le respondió con una sonrisa sin alegría y se dirigió lentamente hacia él.

–Simón, tenemos que hablar –dijo–. Es sobre tu bar.

Simón, que además de regentar el establecimiento se dedicaba a preparar y servir las comidas, dejó lo que estaba haciendo y salió al encuentro de Luis. Se sentaron en una de las mesas, ambos con expresión sombría.

–Creo –continuó Luis– que ya te llevo diciendo hace tiempo lo que deberías hacer. Aun así, no me has querido hacer caso.

–Pero Luis –respondió el otro con rapidez–, si es por las patatas...

–No son solamente las patatas; es todo. El bar sigue tan oscuro como hace tres años, cuando vine por primera vez. No te habría costado mucho añadir alguna luz más, digo yo.

–Tienes razón, Luis –Simón bajó la cabeza–. Debería haberte hecho caso.

–¿Cuántas comidas te he pagado? Y todavía sigues haciendo los filetes a tu gusto, y no al mío. De las patatas ni hablemos. Ni siquiera has cambiado el vino, a pesar de mis múltiples quejas. ¿Cómo esperas que siga viniendo aquí?

Simón se levantó y, quizá por la mención, se sirvió una copa del famoso brebaje. Dio un trago antes de contestar.

–Dime una cosa: ¿por qué sigues viniendo aquí? –preguntó Simón–. No te gusta mi comida, mi vino, mi local... ¿Por qué regresas cada día?

–¿Por qué? Porque desde que te conocí me caíste bien. Porque pensé que cambiarías y seguirías mis consejos. Porque quería darte una oportunidad. He de reconocer que, por otra parte, tu café es de los mejores que he probado.

–Si es así, ¿por qué no te conformaste con venir a tomar café? –dijo Simón, dando un nuevo trago al líquido carmesí–. Igual nos habríamos visto, y no tendrías tantas recriminaciones que hacerme.

–¡Recapacita, Simón! –exclamó Luis– Si no viniera a comer todos los días, tu negocio se habría hundido hace tiempo. Tal como cocinas, nadie querría almorzar aquí.

Simón dejó la copa sobre la barra y regresó a la mesa.

–No digo que no tengas razón –admitió–, aunque, en cualquier caso, eso sería problema mío. Mira, Luis, si no te gusta cómo cocino, el vino que elijo, la iluminación que tengo puesta, no vengas más; pero no me exijas que cambie cómo es mi bar. Porque es mi bar, Luis. Y a lo mejor en un mes, en un año, tengo que cerrarlo, o quizá quemarlo. Pero es mi bar, Luis, es mi bar.

Luis se levantó de la mesa y, sin cruzar la mirada con Simón, dejó el lugar. Simón miró cómo se alejaba, mientras una tímida lágrima pareció querer salir de su ojo derecho, sin llegar a conseguirlo. Regresó de nuevo tras la barra, a seguir colocando los vasos. Antes de terminar de hacerlo, volvió a servirse una nueva copa de vino. De su vino.

En su bar.

lunes, 24 de marzo de 2014

MESA CIENCIA FICCIÓN - III EVENTO ESMATER

El pasado sábado 22 de marzo se celebró en Madrid el III Evento ESMATER. Este es el vídeo de presentación que se proyectó para la mesa en la que participé, dedicada a la ciencia-ficción. Y os recomiendo no dejar de ver el resto de vídeos. Merecen la pena.

martes, 25 de febrero de 2014

Concurso de relatos + Relato - El matasuegras

La página Turismodevino.com ha convocado un concurso de relato corto, activo hasta el 31 de marzo de este año. Las bases, que podéis consultar AQUÍ, nos señalan que dicho relato deberá formar parte de una entrada de Facebook o de un blog, contar con entre 200 y 350 palabras, y contener el párrafo que indican. Bueno, hay más cosas (sencillitas), así que leedlas bien.

Una idea entretenida, en mi opinión, y en la que os animo a participar. Y como el vino es mi debilidad, por aquí tenéis el mío (que espero os guste), titulado "El matasuegras":




Domingo por la tarde; el mejor momento de la semana para descansar y relajarse. Elisa estaba terminando un reportaje, en la mesa del comedor, mientras yo intentaba mantener mi mente en blanco, desconectando de la realidad por un momento.

Estaba deleitándome con un vino de Navarra cuando sonó el teléfono. Me pasó el inalámbrico y me dijo: es mi madre. Dice que ha encontrado una botella con un mensaje tuyo… Un mensaje bastante inquietante.

Dejé la copa, no sin cierta molestia, y tomé el aparato para, acto seguido, desconectarlo. Hacía años que había escrito ese mensaje —tantos que ya casi no me acordaba de él—, lo que en absoluto significaba que no siguiera teniendo validez.

—Tan solo respondía a una pregunta que me hizo —dije—. O, más bien, a una duda que tuvo nada más conocerme.

Antes de que Elisa pudiera indagar más en mi críptica respuesta, el teléfono volvió a sonar. En esta ocasión, se trataba de la Policía. El apartamento de mi suegra había volado por los aires.

«No me gustas», fueron sus palabras, antaño. «Solamente te casas con mi hija por mi dinero». ¡Cuánta razón tenía!

Ser educado y tímido puede suponer un problema para un psicópata. O tal vez no, mientras exista el papel y la tinta, y haya gente que retire una botella del lugar donde solamente su presencia impedía que un resorte se activara. Me imaginé el trozo de papel flotando sobre el humo, libre de su prisión de cristal y habiendo sido el heraldo de un fatídico —para algunos, inevitable y esperado— final con una sola palabra.


«Sí».


jueves, 13 de febrero de 2014

Todos con Idaira - Cuentros contra la AME

Hace un par de semanas, la escritora Encarni Arcoya (Kayla Leiz) propuso en la red una idea muy interesante: crear una antología de cuentos para apoyar a la pequeña Idaira, y a todos los niños afectados por la Atrofia Muscular Espinal. Impresionó la rapidez con la que autores, ilustradores y blogueros aceptaron encantados participar en la creación y difusión de esta obra, y la antología se puso en marcha en apenas dos días.

Varias personas e instituciones están apoyando la iniciativa, bien económicamente o con ayudas de otro tipo, y una de ellas en Pentian, una plataforma de crowdfunding (o microfinanciación) que no solamente ha activado ya la página donde poder ser mecenas de este libro (desde la irrisoria cifra de 6 euros), sino que también colabora con su propio dinero a financiar parte de él.

¿Qué se necesita para que todo esto llegue a buen puerto? Sobre todo, difusión; estoy convencido de que solidaridad hay de sobra, así que lo que queda es que cuanta más gente, mejor, se entere del proyecto. La página para participar en el mecenazgo (y llevarse un ejemplar del libro en cuanto salga) sería http://pentian.com/book/fund/72. Registrarse es muy rápido, y el pago puede realizarse con Paypal en un "momentín" ( yo ya lo he hecho, claro ;) ).

Todos los blogueros o periodistas que creéis una noticia o habléis sobre este tema, no tenéis más que informarme (podéis poner un comentario en esta entrada, por ejemplo) para que lo difunda por la red y entre los colaboradores de la antología.
Antología Todos con Idaira
¡TODOS CON IDAIRA!

miércoles, 8 de enero de 2014

Entrevistas varias



Lo cierto es que he tenido la suerte de tener varias entrevistas desde que comencé en este tortuoso / gratificante mundo de las letras, y me gustaría compartir unas cuantas por aquí para que, si así os apetece, podáis leerlas o escucharlas (algunas son en blogs y otras en radio). Por supuesto, estáis más que invitados a dar vuestra opinión, tanto en este como en los blogs donde se encuentran, o a hacerme cualquier pregunta cuya respuesta no os haya quedado clara.

Blogs:

martes, 7 de enero de 2014

Reseña - Nekromanteia



Una atmósfera opresiva, un mundo desesperanzado, un protagonista obsesionado con su novia muerta… A grandes rasgos, esto es lo que encontraremos en las páginas de Nekromanteia – Rituales de los muertos, de Daniel P. Espinosa. Una novela que mezcla el género negro, la fantasía y el terror, ofreciéndonos seguir la inaudita búsqueda que emprende Etham Loss, un nigromante desencantado con la vida y con la muerte, en pos del espíritu de su amante.

El autor realiza una arriesgada apuesta colocando como protagonista absoluto a Loss, pues de ninguna manera encaja en el perfil de héroe (ni siquiera en el de antihéroe), aunque admito que a mí personalmente me atraen mucho las obras que se salen de lo habitual, tanto en literatura como en cine. De todas formas, aunque nuestro desprecio por él no se vaya reduciendo según avancen las páginas, es probable que sea uno de los personajes más agradables en esta historia…

En cuanto al entorno, nos hallamos inmersos en una ciudad que mezcla elementos comunes del mundo real con criaturas extrañas, mágicas y, por norma general, malvadas. Me atrevería, no obstante, a decir que esta lectura gustará más a los amantes del género negro que a los del terror, a pesar de que toda la trama está inmersa en (y dependa de) lo sobrenatural.

Cabe destacar, por último, la extensa labor de documentación que Espinosa ha realizado para llenar de verosimilitud hasta el último encantamiento o invocación que aparece en este libro, y que podéis escuchar de sus labios en las múltiples entrevistas radiofónicas en las que ha participado (yo tuve la suerte de escucharlo “en vivo”, durante una presentación).


¿Recomendable? Sí, sin duda.