Así que ahí me planté, en la librería Antonio Machado, sin ninguna intención de aumentar mi colección de libros por leer.
No solo lo fue, sino que además la presentación estuvo amenizada con un amplio muestrario de ilustraciones de personajes. A esto hay que añadir que este autor tiene una forma de hablar que, me dije, necesitaba ver cómo se trasmitía al papel. Y, de esta forma, acabé con un ejemplar de La ciudadela y la montaña.¿Qué encontramos entre sus páginas? Alternando capítulos, y con algunos saltos temporales (que no resultan complicados de seguir), Morán Roa nos habla por un lado de la Ciudadela, un baluarte volador poseído por tres naciones, con el suficiente poder destructivo como para acabar con el reino de Kara, que está conquistando y asolando la región. Una roca flotante que, eventualmente, generará una lucha de poder por su control.
Con una prosa muy cuidada, una trama cuya intensidad va aumentando progresivamente mientras avanza la historia y unos protagonistas bien definidos (en especial Kaelan, en la Ciudadela), El Rey Trasgo – La ciudadela y la montaña es un libro que no defraudará a los lectores de novela fantástica. Por mi parte, yo estoy deseando ponerle las manos encima a Títeres de sangre para ver si el autor es capaz de mantener el interés que ha generado con el primer libro.
Os dejo AQUÍ el enlace a la versión digital del libro (también lo encontraréis en papel a través de Amazon, además de en vuestra librería habitual).
Por último, os pongo la sinopsis del libro, que es ciertamente intrigante.
Han pasado ocho años desde que el imperio de Kara desapareció, convertido en polvo añil por un poder que escapa a toda comprensión.
La Ciudadela, silenciosa guardiana de la paz gobernada por tres naciones, vigila los reinos del hombre navegando los cielos.
En un pueblo del frío norte, dos amigos descubrirán un libro vinculado a un enigma del ayer y a un hombre entre la vida y la muerte.
Nacido de la pluma de un poeta, les descubrirá los secretos que moran en las montañas a través de una historia en la que conservar la vida vale más que conservar la humanidad.
El mundo apura sus últimos latidos...
Y en la cima de los Picos Negros, contemplando el paso del tiempo entre delirantes pensamientos, el Rey Trasgo aguarda el momento de construir sus sueños a partir de sus cenizas.
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